Después de tanto analizar la cuestión de las sombras, quiero en esta oportunidad hablar del lugar del que vengo y al que siempre querré regresar. Panamá...
Pedazo de tierra bañado por dos gigantes, lugar privilegiado donde habitar. Su selva huele a oportunidad, sus aguas saben a destino. Su música ondea cual ozono propio, su gente sabe bailar y cantar.
Menos de 3 millones se pasean por sus calles, la vida se paraliza si se planea un carnaval. Llueve más por gusto que por necesidad y el sol sale para alumbrar y no para quemar.
La tierra que conozco desde que me conozco, la que mi memoria siempre ha de extrañar. Donde quédate significa esta es tu casa y despreciar un plato de comida es casi como insultar.
Con niños que aún juegan en los patios, sus ojitos y el mar amigos de infancia. Desde los balcones te preguntas como esta el vecino, desde las terrazas los invitas a pasar.
Panamá, aún no sé si significas un árbol o eres un guerrero; si eres sinónimo de visitantes alados de colorido andar. Más como árbol das sombra y como guerrero en pie te vemos estar y como mariposa emprendes el vuelo del cual nunca desciendes, paraíso terrenal.
"A mi Patria, que es el mejor lugar en el cual me pudo haber puesto Dios..." Que viva Panamá!!
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